El 28 de junio de 1991 saldría a la luz por vez primera en la historia de la Confederación de Norte, Centroamérica y el Caribe (CONCACAF) la Copa de Oro, destinada a premiar a la mejor selección nacional del área, que anteriormente era elegida según su ubicación en el Campeonato Mundial de la disciplina.
Para la ocasión, ocho escuadras – clasificadas al evento tras disputar las eliminatorias por sus respectivas subregiones – se dieron cita en dos ciudades de Estados Unidos (Los Ángeles y Pasadena), divididas en dos grupos, y de los cuales accederían a semifinales los dos primeros lugares de cada poule.
En la zona A, Honduras y Canadá fueron las encargadas de hacer el debut oficial de estas lides, en la grama del Memorial Coliseum, de Los Ángeles, ante una concurrencia de 35 mil espectadores. La victoria correspondió a los hondureños (4-2), con dianas de Bennett, Espinoza, Cálix y Flores, mientras Mitchell salvaba con dos tantos la honrilla de los canadienses.
Sin perder pisada de los blanquiazules, México cerró la fecha inaugural con goleada (4-1) sobre Jamaica, gracias a dos perforaciones desde el punto penal de Benjamín Galindo (a la postre líder goleador de la lid), y uno per cápita en jugada de Zaguinho y Carlos Hermosillo.
Marcadas desde el inicio los favoritos de la llave, Honduras prosiguió su bien andar al vencer (5-0) a Jamaica, al tiempo que los aztecas derrotaban (3-1) a los canadienses. En la definición por el liderato, mexicanos y hondureños igualaron a uno, ofreciendo el pase de primeros a estos últimos por mejor diferencia en el gol average.
En el grupo B, la disputa sería igual de complicada, pero diferente en el sentido que la punta no tendría discusión en ninguna instancia. La anfitriona Estados Unidos superó de manera consecutiva a Trinidad Tobago (2-1), Guatemala (3-0) y Costa Rica (3-2), para pasar como el único plantel en agenciarse de pleno todos los puntos puestos en disputa.
Por la segunda plaza, Costa Rica logró avanzar por mejor gol average que los trinitarios, ante los cuales se vieron sorprendidos (1-2) en la segunda jornada del certamen. No obstante, los ticos habían aventajado (2-0) a los guatemaltecos, entre tanto, los caribeños cayeron (0-1) contra los chapines.
En las semifinales, Honduras demostró que no era casual lo de la fase precedente y ganó su pasaporte finalista al disponer (2-0) de los costarricenses, con dianas de Bennett (minuto ´38) y Flores (´79); mientras los estadounidense se imponían por idéntico marcador a México, a través de las anotaciones de Doyle (´48) y Vermes (´64).
El siete de julio de 1991, en el Memorial Coliseum, de Los Ángeles, Estados Unidos y Honduras discutieron la final de la Copa de Oro. Tras 120 minutos con empate a cero (tiempo reglamentario y prórroga) el éxito correspondió a los locales (4-3) en la serie de penaltis, coronando a los norteños como los primeros campeones del máximo torneo de CONCACAF.
En la lid, de la cual los mexicanos alcanzaron el tercer escaño al derrotar (2-0) a los ticos, por intermedio de los botines de Farfán y Galindo, se marcaron 50 goles en 16 partidos, para una media de 3,13 por encuentro.
Por Roddy Romo Seguí
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